Elías Figueroa es una de las figuras más destacadas en la historia del fútbol chileno e hispano americano, reconocido por su habilidad y liderazgo en el campo como defensor central. Nacido el 25 de octubre de 1946 en Valparaíso, Chile, Figueroa comenzó a jugar fútbol a temprana edad, y rápidamente mostró un talento natural que lo llevó a debutar profesionalmente a los 15 años con el club Santiago Wanderers en 1963. Desde sus primeros partidos, se destacó por su capacidad para anticiparse a las jugadas y su técnica, características poco comunes en un defensor central de su época.
Inicio y primeros logros en Sudamérica
En 1964, después de su debut en Wanderers, Figueroa fue convocado por la selección chilena para disputar su primer partido internacional. Su rendimiento en la liga chilena llamó la atención de clubes en el extranjero, y en 1967 se trasladó a Uruguay para unirse al Peñarol. En Peñarol, uno de los equipos más importantes de Sudamérica, Figueroa continuó su desarrollo y consolidó su reputación como un defensor sólido, ganando múltiples títulos nacionales y aprendiendo de algunos de los mejores futbolistas de la región.
Sin embargo, fue en Brasil donde Figueroa alcanzó su máximo esplendor. En 1971, firmó con el Internacional de Porto Alegre, donde se convirtió en un referente y capitán indiscutible. Durante su estancia en el Internacional, el club ganó el Campeonato Brasileño en 1975 y 1976, y Figueroa fue reconocido como el mejor jugador de Brasil, un logro excepcional para un defensor extranjero. En este periodo, Figueroa fue nombrado tres veces consecutivas el Mejor Jugador de América (1974, 1975 y 1976), consolidándose como uno de los mejores defensores del mundo. Uno de los momentos más recordados de su carrera fue el gol de cabeza, conocido como el “Gol Iluminado”, que anotó en la final del Campeonato Brasileño de 1975 contra Cruzeiro, asegurando el título para Internacional.
La consolidación en la selección chilena
A nivel internacional, Figueroa fue un pilar fundamental para la selección chilena, a la cual representó en tres Copas del Mundo: 1966, 1974 y 1982. En el Mundial de Alemania 1974, Figueroa fue ampliamente elogiado por su actuación y liderazgo, siendo uno de los pocos jugadores latinoamericanos destacados en ese torneo. Aunque Chile no avanzó a las rondas finales, Figueroa fue incluido en el equipo ideal del Mundial, una distinción que subrayó su talento y la admiración que despertaba en el fútbol internacional.
En el mundial de 1982, a sus 35 años, Figueroa era uno de los jugadores más experimentados de la selección chilena. Sin embargo, su estado físico no era el óptimo. Según declaraciones posteriores del propio Figueroa, la extensa concentración previa al torneo, que se prolongó por seis meses, afectó negativamente al equipo, provocando aburrimiento y deterioro en el ambiente interno. Esto terminó influyendo en el rendimiento físico y mental de los jugadores durante el Mundial.
La selección chilena enfrentó una serie de desafíos en la fase de grupos, donde fue emparejada con selecciones fuertes como Alemania Federal, Austria y Argelia. Chile perdió sus tres partidos: 0-1 frente a Austria, 1-4 contra Alemania Federal y 2-3 ante Argelia, así quedando eliminada en la primera fase sin sumar puntos.
A pesar de sus esfuerzos en el campo, Figueroa no pudo evitar las derrotas de su equipo, que aún mostrando algunos destellos de calidad, no logró encontrar la cohesión necesaria para enfrentar a sus rivales.
Este Mundial fue el último torneo internacional de Figueroa, quien cerró su carrera con la selección chilena tras esta participación, dejando un legado como uno de los mejores defensores en la historia del fútbol sudamericano, a pesar del desempeño modesto de Chile en el certamen.
Su regreso a Chile y el cierre de su carrera
Tras su éxito en Brasil, Figueroa volvió a Chile en 1977 para jugar con Palestino, club donde continuó demostrando su calidad y liderazgo. Con Palestino, ganó la Copa Chile en 1977 y el campeonato de Primera División en 1978. Sus años en Palestino marcaron el cierre de su etapa profesional en Chile, pero su rendimiento no decayó, demostrando su compromiso y amor por el fútbol hasta sus últimos años en el campo.
En 1982, Figueroa se retiró del fútbol profesional, dejando un legado que pocos defensores han igualado en la historia del deporte. Tras su retiro, ha sido ampliamente reconocido y homenajeado, no solo en Chile, sino en toda Sudamérica, como uno de los mejores defensores centrales de todos los tiempos. Su inteligencia táctica, liderazgo y habilidad técnica hicieron de Figueroa un jugador único, y su influencia continúa inspirando a generaciones de futbolistas.

Franz Beckenbauer, reconocido como uno de los mejores defensores de la historia del fútbol, expresó en varias ocasiones su admiración por Elías Figueroa. En una entrevista de 2006, Beckenbauer recordó con aprecio al chileno, destacando su calidad de juego y liderazgo en la cancha. Además, en el prólogo del libro "Don Elías", dedicado a la vida y carrera de Figueroa, Beckenbauer escribió: "Desde Europa siempre me sentí identificado con su calidad de juego, ya que compartíamos la posición defensiva (...) Cuando nos comparan, más que competir por quién es el mejor, me llena de orgullo ser considerado junto con él como uno de los mejores de la historia". Estas palabras reflejan el respeto y la admiración mutua entre ambos futbolistas, quienes marcaron una época en el fútbol mundial.